La digitalización industrial ha conectado a personas, máquinas y sistemas como nunca antes, abriendo un sinfín de oportunidades para mejorar los procesos y optimizar los recursos. Sin embargo, para muchas organizaciones este progreso ha traído también una amenaza silenciosa: la ineficiencia. Cuando los procesos de acceso, validación o mantenimiento se vuelven lentos o excesivamente complejos, la productividad se resiente, y en muchos casos la raíz del problema está en una seguridad mal diseñada. La buena noticia es que la eficiencia y la seguridad no son conceptos opuestos; al contrario, pueden y deben reforzarse mutuamente.
La ineficiencia que no se ve
En los entornos OT, la ineficiencia suele esconderse en pequeñas fricciones cotidianas más que en fallos evidentes. Algunos síntomas habituales son:
- Técnicos que esperan horas a que se aprueben sus accesos.
- Responsables de OT que tardan semanas en obtener cuentas para proveedores.
- Proveedores que deben usar múltiples herramientas para conectarse a distintos sitios.
- Falta de claridad sobre quién accede, a qué y con qué permisos.
- Herramientas de seguridad que añaden obstáculos en lugar de facilitar el trabajo.
Estos problemas reducen la agilidad y afectan directamente al rendimiento. En el entorno industrial, donde cada minuto cuenta, el impacto puede ser considerable.
Cuando la seguridad se convierte en un obstáculo
A veces, las medidas de seguridad se implementan sin tener en cuenta las necesidades reales de las operaciones diarias. Configuraciones demasiado complejas, agentes obligatorios o servidores intermedios pueden alargar los tiempos de conexión y mantenimiento, generando frustración y pérdida de eficacia.
Frente a estas dificultades, muchos equipos acaban recurriendo a atajos: compartir contraseñas, utilizar accesos no autorizados o dejar sesiones abiertas. Paradójicamente, el exceso de control puede terminar debilitando la seguridad en lugar de reforzarla. Un modelo de acceso demasiado rígido no solo ralentiza las operaciones, sino que también retrasa la respuesta ante incidentes y aumenta los tiempos de inactividad.
Simplificar para ganar eficiencia y control
La verdadera eficiencia nace de la simplificación. La gestión segura de accesos debe eliminar la complejidad, no añadirla. Las plataformas modernas permiten a las organizaciones:
- Combinar ciberseguridad y eficiencia operativa con una alta adopción por parte de los usuarios.
- Automatizar aprobaciones y creación de sesiones.
- Supervisar y grabar actividades remotas en tiempo real.
- Permitir que el propio negocio gestione las cuentas de terceros.
Estas soluciones ofrecen visibilidad y trazabilidad completas sin interrumpir los flujos de trabajo. Los equipos técnicos ganan autonomía, los de seguridad mantienen el control y la organización reduce riesgo operativo y costes.
El impacto económico de la eficiencia
La eficiencia operativa tiene un impacto directo en los resultados económicos. Un acceso más ágil, una gestión simplificada y la reducción de desplazamientos suponen un importante ahorro de tiempo y dinero. El control centralizado de los accesos disminuye el coste total de propiedad (TCO), mientras que la automatización de tareas y la reducción de incidentes incrementan el retorno de la inversión (ROI).
Con menos sistemas que mantener, las auditorías y el soporte se simplifican, y escalar (añadir nuevos usuarios o contratistas) requiere un esfuerzo mínimo. Los resultados documentados incluyen mayor productividad, un mantenimiento más ágil y una mayor resiliencia operativa.
La eficiencia también es seguridad
Una operación eficiente es, por definición, más segura. Disponer de reglas claras, accesos controlados y una trazabilidad completa reduce el riesgo de error humano y limita las oportunidades de ataque. En este sentido, la eficiencia puede considerarse una forma avanzada de ciberseguridad: hacer más, pero de forma más inteligente, segura y predecible.
Conclusión
La verdadera innovación industrial no consiste únicamente en adoptar nuevas tecnologías, sino en integrarlas de manera que aporten valor real al negocio. La eficiencia y la seguridad ya no deben verse como prioridades enfrentadas, sino como dos caras de una misma estrategia orientada a garantizar la continuidad, la fiabilidad y la resiliencia operativa.
Simplificar, automatizar y unificar el acceso no solo protege las infraestructuras críticas, sino que también permite a las personas y a los equipos centrarse en lo que realmente importa: mantener la producción en marcha de forma fluida, segura y sin interrupciones.