El acceso remoto a sistemas de control, equipos e instalaciones de producción permite realizar tareas de mantenimiento de forma más rápida, reducir costes y acortar los tiempos de respuesta ante incidentes. Sin embargo, esta misma conectividad ha abierto una puerta a los cibercriminales.
El acceso remoto se ha convertido en uno de los principales vectores de ataque en las redes de Tecnología Operativa (OT). Más del 70 % de las organizaciones industriales conceden acceso remoto a proveedores o técnicos externos, y muchos de los incidentes graves se originan precisamente a través de estas conexiones.
Comprender los riesgos es esencial para proteger los procesos críticos sin sacrificar la eficiencia.
1. Accesos excesivamente abiertos: por qué las VPN ya no son suficientes
Durante años, las redes privadas virtuales (VPN) han sido la herramienta por defecto para el acceso remoto, pero los entornos OT son muy distintos de las redes de IT tradicionales. Las VPN crean túneles directos entre sistemas externos e internos, lo que puede exponer a conexiones inseguras elementos sensibles como los PLC, las interfaces HMI o los servidores SCADA. Además, ofrecen una visibilidad muy limitada: no registran comandos, no controlan activos y apenas restringen permisos en función del estado de la planta. Basta una configuración incorrecta para abrir una vía directa hacia los sistemas de producción.
La alternativa más segura es un modelo de acceso remoto específico para OT basado en tecnología proxy con aislamiento de protocolos. Estos sistemas actúan como puntos de control entre los proveedores externos y las redes industriales, aplicando autenticación multifactor, segmentación estricta y grabación completa de sesiones. De este modo, se elimina la exposición directa a Internet y se garantiza una trazabilidad total junto con la continuidad operativa.
2. Credenciales compartidas: el enemigo invisible de la trazabilidad
En muchas plantas industriales, varios proveedores de servicio utilizan cuentas genéricas o compartidas para simplificar las tareas de mantenimiento remoto. Esta práctica destruye la trazabilidad, ya que impide saber quién accedió a qué, desde dónde o cuándo se realizaron cambios.
El uso de credenciales compartidas también incumple normativas como la IEC 62443 o la Directiva NIS2, que exigen la identificación única de cada usuario con privilegios. La solución pasa por adoptar un modelo de gestión segura de accesos en el que cada persona (interna o externa) disponga de una identidad única, con permisos basados en su función y un registro detallado de toda su actividad. Las herramientas de Gestión de Accesos Privilegiados (PAM) diseñadas específicamente para entornos OT hacen posible este control, registrando y supervisando cada acción de los usuarios con privilegios.
3. Falta de visibilidad y supervisión en tiempo real
Las herramientas de monitorización tradicionales de IT no son capaces de interpretar protocolos industriales como Modbus, DNP3 o Profinet, lo que deja un importante punto ciego en los entornos OT. Sin una visibilidad contextual, las organizaciones no pueden saber quién está conectado a los equipos industriales, con qué propósito ni si dicha conexión ha sido autorizada. El resultado suele ser una detección tardía de incidentes, paradas imprevistas o incluso daños físicos en los sistemas.
Contar con herramientas capaces de registrar y comprender las sesiones industriales es fundamental. Estas no solo capturan la actividad, sino que también aportan capacidades de autenticación y cifrado a protocolos que, por defecto, carecen de seguridad. Gracias a ello, se logra una mayor visibilidad y trazabilidad, lo que permite realizar auditorías precisas y reconstruir eventos de forma fiable.
Continuidad operativa y seguridad: objetivos compatibles
Proteger los entornos OT nunca debe implicar interrumpirlos. Cada minuto de inactividad puede suponer pérdidas de miles de euros, por lo que las soluciones de seguridad deben ser transparentes, fáciles de usar y no intrusivas. El equilibrio ideal combina acceso sin agentes, autenticación sólida pero ágil y una supervisión continua y fluida. Este enfoque permite que los equipos de mantenimiento trabajen con eficacia dentro de un marco de seguridad robusto y totalmente trazable.
Conclusión
El acceso remoto es indispensable para la industria moderna, pero si no se gestiona adecuadamente, puede convertirse en una vulnerabilidad crítica. Pasar de un enfoque reactivo a otro basado en la visibilidad y el control es clave para proteger los sistemas OT. Si se implementa correctamente, no solo se refuerza la ciberseguridad, sino que también se incrementan la eficiencia, la fiabilidad y la confianza en las operaciones.